Desde el día aquel que desperté con este verso prendido: "Mi musa sabe música de hombres" mira, su ritmo suma emes y las rima, arrimándolas así me anima. Desde entonces soñé poesías. Una para cada letra. Pues aquello que parecía el verso de la "M" me llevó a otros versos -“H”- Humano humo del horno hondo, de hacer. El habla hábil hada enhebrando hilos en haz hartamos el hambre de saber en tu heredad. Creía que los sonidos de nuestra lengua encerraban en su sustrato secular una lección inigualable con estos poemas aprendía. -“S”- La ese es así, es algo grande un signo que ase cosas y se expande el silencio, la sal, el suelo es eso que señala el universo y sus secretos. Su sello habla del ser y su halo limitado por las sombras con su velo los misterios de la esencia revelados por el sol de sus brazos en un beso. Luego vinieron otras letras hasta que por fin, lo tuve claro; y un día: Quise escribir una poesía POESIA Quise escribir una poesía que yo poseía tanto pues soñando aparecía. Era un canto una caricia y sonando esa delicia se seguía deslizando contagiaba de su gusto por placer y la armonía que su ritmo pronunciaba yo tanto lo quería que, cuando estaba acabando florecía. La poesía florecía y su fruto era un canto que cuando hubo madurado enjuagaba la memoria y su llanto. Así fue como escribí poesía. Musicales poesías de ideales de problemas y alegrías hecha con materiales de la vida. Poemas para acompañar este paseo, pasando por lo demás de paso junto a tu puerta. Poemas así para poder acompasar todo ese tiempo de espera de espera por algo mas. Poemas de temas reales sensibles vitales latencias y conciencias naturales. Poesía como fruto de liberar la mente alimentando el gusto. Poesía como mierda que fertiliza la tierra para que crezca la verdad como crece la hierba. Agradables y amargos de logros y derrotas de amores y batallas que se están desarrollando en las playas de los sentidos y en el continente de al lado. Verso, una cosa mas en la vida para irla llenando y quede menos vacía. También un verso para ver eso que nos amenaza, ¿y acecha? que nos traba y nos vulnera que nos rodea y violenta también por eso nos identifica porque ahí, nadie se salva ni un millón nos diferencia. Así un verso. una herramienta que un obstáculo supera. Versos reverdecen cada año como del invierno versos perduran sin caducar. Verso soberbio es la vida de cada cual.
Juan Txonta